:glare: Quién no ha renunciado alguna vez a un amor prohibido, pecaminoso, incestuoso, adúltero, imposible... como queráis llamarlo. Pero no se trata de eso, sino de hacer el esfuerzo, muchas veces sobrehumano, de no estar con nadie durante el resto de nuestras vidas :glare:
:sleep: Seríais capaces de renunciar para siempre a amar? Qué motivos, que no fueran los meramente religiosos, os llevarían a hacerlo? Nos convertiría esa opción en asexuales puesto que no conoceríamos varón/mujer por el resto de vuestras vidas, acabando así con nuestros deseos más lujuriosos? :sleep:
Cierto es, imagino, que llegad@s a cierta edad la líbido va disminuyendo y el impulso sexual primario se debilita pasando a estar en un segundo plano... pero se anularía por completo en este caso, dejaríamos de ver al otr@ como objeto de nuestro deseo. Podríamos dedicarnos a la vida contemplativa, renunciando así a los placeres de la carne?
Dejo abierta la mesa de debate, espero que os resulte interesante el tema