La ley de "ojo por ojo" es vista por muchos como si la venganza hubiera sido permitida por una persona que se sintiera o fuera ofendida, pero no es así. Esa ley, que sí provino de Dios y se recogió en la ley de Moisés, tenía que ver con cómo los jueces debían juzgar a los victimarios que eran intencionados, y eso contribuyó positivamente en la sociedad judía. Un artículo re4ciente de mi organización explica más ese asunto. El artículo está aquí https://www.jw.org/es/ense%C3%B1anza...s/ojo-por-ojo/



... y una parte de él nos dice lo siguiente:


Conceptos erróneos sobre la ley del “ojo por ojo”

Lo que algunos creen: La ley del “ojo por ojo” era demasiado severa.
La verdad: Esta ley no favorecía que se aplicara la justicia de manera severa ni cruel. De hecho, cuando se aplicaba correctamente, los jueces nombrados solo podían decidir el castigo después de analizar las circunstancias y el grado de intencionalidad del ofensor (Éxodo 21:28-30; Números 35:22-25). Por lo tanto, la ley del “ojo por ojo” evitaba que se impusieran castigos excesivos.

Lo que algunos creen: La ley del “ojo por ojo” promovía un ciclo interminable de venganza.
La verdad: La Ley mosaica decía: “No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo” (Levítico 19:18). Así que, en vez de promover la venganza personal, la Ley animaba a confiar en Dios y en el sistema legal que él había establecido para corregir cualquier mal (Deuteronomio 32:35).

Jesús corrige una forma de pensar equivocada


Jesús sabía que algunos habían malinterpretado la ley del “ojo por ojo”. Por eso, corrigió esa forma de pensar diciendo: “Oyeron ustedes que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Sin embargo, yo les digo: No resistan al que es inicuo; antes bien, al que te dé una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra” (Mateo 5:38, 39).
Fijémonos en las palabras de Jesús “oyeron ustedes que se dijo”. Al parecer, se estaba refiriendo a algunos líderes religiosos judíos que enseñaban que había que tomar represalias. Hablando de la ley del “ojo por ojo”, el erudito bíblico Adam Clarke explicó: “Parece que los judíos se sirvieron de esta ley [...] para justificar sus resentimientos privados y todos los excesos que cometían movidos por un espíritu de venganza”. Al promover la venganza, aquellos líderes religiosos distorsionaban el propósito de la Ley de Dios (Marcos 7:13).
En cambio, Jesús destacó que las leyes de Dios se basan en el amor. Dijo: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios [...]’. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a él, es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’. De estos dos mandamientos pende toda la Ley” (Mateo 22:37-40). Jesús enseñó que lo que identificaría a sus verdaderos discípulos sería el amor, no la venganza (Juan 13:34, 35).